Lo que vamos a aprender...

Como vimos en el tema anterior (¿Qué es la cosmética natural?), no hay una definición única de cosmética natural, esto puede generar confusión sobre la forma en la que se elaboran y sobre las características que tienen los productos de este tipo; así que en este tema queremos aclarar algunos mitos y resolver dudas que seguramente haz tenido sobre la cosmética natural, con información que te servirá para conocer y elegir mejor tus productos de skincare.

¿La cosmética natural no usa conservadores?

¡Falso! Generalmente los productos cosméticos tienen un porcentaje elevado de agua y de compuestos que favorecen el crecimiento de bacterias, hongos y levaduras, por lo que estas fórmulas requieren la adición de conservadores, tanto en la cosmética natural como en la convencional. Si bien la mayoría de los conservadores son de origen sintético, hay conservadores que han sido desarrollados específicamente para cumplir con los estándares de la cosmética natural, y que son permitidos al ser ingredientes necesarios en la formulación de un producto.

Un conservador se define como una sustancia química (como los ácidos, sales o alcoholes) con actividad antimicrobiana, su función es proteger al producto de la contaminación por microorganismos durante la fabricación, almacenaje y uso cotidiano por parte del consumidor. Se añade a las fórmulas en concentraciones entre el 0.0005% y 1% de sustancia activa (Leranoz, 2002).  

El crecimiento de microrganismos en un producto cosmético puede causar un deterioro que se haga evidente por cambios en aroma, color o textura; pero también hay casos en los que la contaminación por microorganismos no modifica el aspecto del producto y causa daños en la piel, como irritaciones e infecciones, por eso muy importante elegir correctamente los conservadores que se añaden a una fórmula.

Se busca un conservador que sea resistente a las condiciones de temperatura y pH de la producción y almacenamiento del producto, que tenga un amplio espectro de actividad antimicrobiana (que sea eficaz combatiendo diferentes tipos de microorganismos incluyendo bacterias, mohos y levaduras), que no cause reacciones de sensibilización, que sea soluble en agua, que sea compatible con los ingredientes de la fórmula, que no altere sus características sensoriales y que pueda funcionar correctamente en el envase y las condiciones de aplicación del producto final (Leranoz, 2002). Ningún conservador por sí solo puede satisfacer todos estos criterios, por lo que usan sistemas de conservación, que combinan diferentes conservadores que se complementan entre sí para lograr las características requeridas.

Entonces ¿todos los productos cosméticos deben contener un conservador?

No, hay algunos productos en los que su misma fórmula actúa como sistema de conservación y no es necesario añadirles otros ingredientes con actividad antimicrobiana, estos productos se denominan auto-conservados. En esta categoría entran los jabones saponificados, que alcanzan pH´s muy altos en su proceso de elaboración, o las fórmulas anhidras como aceites y bálsamos que no contienen agua, ambas condiciones impiden por si solas el crecimiento de microorganismos.

En el caso de las fórmulas anhidras, se añade vitamina E como un aditivo que retrasa el enranciamiento de los aceites por su actividad antioxidante. De aquí surge la idea errónea de que la vitamina E puede actuar como un conservador, pero este ingrediente no evita el crecimiento de microorganismos.

También existe confusión en el uso de ingredientes activos con capacidad antimicrobiana reportada, como los aceites esenciales. Añadirlos a una fórmula puede disminuir la cantidad de conservador requerida, pero por si solos no aseguran que no habrá contaminación por microorganismos. Además de su espectro de actividad antimicrobiana limitado, la concentración a la que estos ingredientes deben añadirse para actuar como conservadores puede estar fuera del rango de concentración recomendado para su uso en cosméticos.

La concentración de un ingrediente en un producto cosmético (formulado correctamente) está limitada por:

• La concentración mínima a la cual muestra sus beneficios.
• La concentración máxima a la cual puede usarse de forma segura, sin causar daños con su aplicación.

Así, la cantidad de un ingrediente que se añade a una fórmula estará entre estos 2 valores, para poder mostrar sus beneficios funcionales (control de grasa, disminución de resequedad, reparación de la barrera) sin representar un riesgo para los usuarios.

Si los productos de cosmética natural también tienen conservadores ¿Por qué duran menos tiempo?

Si has usado cosmética convencional y natural seguramente haz notado que los productos de cosmética natural tienen una vida más corta.

En la mayoría de los productos de cosmética convencional puedes encontrar su caducidad con el símbolo de un tarro que en su interior indica los meses que puedes usar el producto una vez que lo haz abierto. Entonces, puedes almacenar el producto y es hasta que lo abres que comienza a correr su vida útil.

En el caso de la cosmética natural, la caducidad vendrá indicada por una fecha específica (mes y año), aquí no importa si lo abres o no, la vida útil del producto comienza una vez que se produce, así que tendrás menos tiempo para usarlo. Esto se debe a varias razones:

• La composición de los sistemas de conservación usados en cosmética natural brinda protección por tiempos más cortos.
• Los ingredientes de origen natural están más propensos a la contaminación por microorganismos que los ingredientes de origen sintético.
• Los activos de los ingredientes de origen natural tienden a perder su efectividad en un tiempo más corto, comparados con los activos sintéticos que están formulados para mantenerse estables por largos periodos de tiempo. Así, la vida útil de un producto cosmético no solo está dada por el tiempo que puede almacenarse sin presentar contaminación microbiana, sino también por el tiempo en el que sus activos pueden mantenerse estables.

Para poder aprovechar mejor tus productos de cosmética natural te recomendamos tener cuidados extras en su almacenamiento, revisa periódicamente las fechas de caducidad y guárdalos en un lugar fresco, seco y sin exposición directa al sol.

¿La cosmética natural tarda más en funcionar que la cosmética convencional?

La cosmética convencional nos tiene acostumbrados a “resultados inmediatos”, que en algunas ocasiones pueden involucrar el uso de ingredientes que llegan a ser agresivos y lastiman tu piel (como el alcohol en los tónicos astringentes) en la búsqueda de un efecto que puedas sentir justo al momento de aplicarte un producto.

Estos resultados suelen ser pasajeros, para notar los verdaderos cambios que un producto de skincare puede hacer en tu piel necesitas usarlo por un periodo mínimo de 21 a 28 días, que es el tiempo que tarda nuestra piel en llevar a cabo un ciclo completo de renovación de sus células (desde que se forma una célula en las capas más profundas de la epidermis hasta que llega al estrato córneo, la última capa de la piel). En este sentido, la cosmética natural apuesta por la constancia, buscando llevar la piel a su equilibrio y con ello a su mejor versión, una piel sana, no perfecta.

En cuanto a la experiencia de uso (lo que sientes al momento de aplicarte un producto), también existen diferencias, en la cosmética natural no hay colores extravagantes o aromas de larga duración, las texturas y terminados se logran experimentando con mezclas de ingredientes que en muchos casos se usan tal cual se encuentran en la naturaleza y que por si solos no dan la mejor sensación al aplicarse. Así, la formulación de cada producto de cosmética natural es un desafío diferente para lograr la experiencia de uso que buscamos, equilibrando la funcionalidad, el costo y por supuesto, el componente natural; y es precisamente esta cercanía con lo natural la mejor parte de aplicarte un producto de este tipo, las sensaciones y aromas que genera se conectan contigo, con tu estado de ánimo y hacen que disfrutes aún más tu rutina.

¿La cosmética natural es para todas las pieles?

Si, la cosmética natural puede adaptarse a todos los perfiles de piel. Dentro de la cosmética natural podemos encontrar una gran variedad de ingredientes: los que ayudan a las pieles sensibles a reducir la inflamación e irritación, como las flores de caléndula y manzanilla; los que tienen un efecto astringente, como el hidrosol de hamamelis, que controla el exceso de grasa sin resecar la piel; los que tienen un alto contenido de antioxidantes, como la jamaica y el café, que protegen la piel de los agentes oxidativos del ambiente, entre muchos otros.

Lo importante aquí es que logres conocer tu piel, lo que necesita y como va cambiando en sus diferentes etapas, para poder elegir los productos adecuados ¿Tu piel es tan grasa como siempre dices que es? ¿Cómo reacciona a los cambios de clima? ¿Sabes que ingredientes pueden irritarla? También es importante recordar que, aunque decimos que la cosmética natural es para todas las pieles, nos referimos a pieles sanas, que no tengan ninguna condición que requiera atención médica. La Norma mexicana de etiquetado de productos cosméticos (NOM-041), define los productos cosméticos como:

"Las sustancias o formulaciones destinadas a ser puestas en contacto con las partes superficiales del cuerpo humano: epidermis, sistema piloso y capilar, uñas, labios y órganos genitales externos, o con los dientes y mucosas bucales con el fin exclusivo o principal de limpiarlos, perfumarlos, ayudar a modificar su aspecto, protegerlos, mantenerlos en buen estado o corregir los olores corporales o atenuar o prevenir deficiencias o alteraciones en el funcionamiento de la piel sana."

 Así, un producto cosmético puede ayudar a reparar la piel y mejorar su apariencia, pero nunca será un sustituto de un tratamiento médico especializado. Si estás en un tratamiento de este tipo, sigue siempre las indicaciones del especialista sobre los productos que puedes aplicarte en tu piel.

¿Mi crema del super con agua de rosas es cosmética natural?

Depende de la lista COMPLETA de ingredientes, no solo de los que están dibujados en el envase. Existe una técnica de marketing conocida como green-washing, que consiste en añadir uno o varios ingredientes de origen natural, en la mayoría de los casos en cantidades que no superan la concentración mínima recomendada, para poder publicitar un producto como natural.

En nuestro ejemplo de la crema con agua de rosas, si al revisar el listado de ingredientes encuentras que el agua de rosas está en los últimos lugares, cerca del perfume y los conservadores, esto indica que su concentración es cercana al 1%, que es muy baja para un ingrediente de este tipo. En un producto formulado realmente con cosmética natural encontrarías el agua de rosas en los primeros lugares de la lista, pues se usa como ingrediente base. Los ingredientes base son los que representan la mayor parte de la fórmula. ¡Siempre revisa la lista completa de ingredientes de tus productos!