Saponificación: La Química de los Jabones

Un jabón pudiera parecer un producto muy simple, pero su formulación implica lograr el equilibrio entre muchas de sus características, la dureza, la formación de espuma, la limpieza, el aroma, la duración, la cremosidad, entre varias otras. Como formuladora, hacer jabones es uno de mis procesos favoritos, en la búsqueda de la barra de jabón perfecta he experimento muchísimo, combinando ingredientes, texturas, colores, aromas y activos. Con el lanzamiento de nuestros jabones de temporada, quiero compartirles un poco sobre el proceso que usamos para su elaboración, la saponificación en frio.

La saponificación es un proceso químico en el cual los triglicéridos (las moléculas que componen las grasas) reaccionan con una base (compuesto alcalino, con pH alto), como la sosa caustica, dando como resultado la formación de jabón y glicerina. En el proceso que se denomina como “en frio”, los aceites y la sosa se mezclan hasta completar la reacción, se vierte la mezcla en moldes y se dejan “curar” los jabones por hasta 6 semanas, para mejorar su textura y hacerlos más durables.

El uso de la sosa caustica en el proceso de saponificación suele causar confusión, hay quienes evitan los jabones saponificados buscando opciones “libres de sosa”, pero la realidad es que estos jabones, aunque se formulan con sosa, no tienen sosa en su composición final. Un jabón correctamente formulado, contiene una proporción de aceite y sosa adecuada para que toda la sosa reaccione y se agote, dejando incluso una cantidad extra de aceite (que se conoce sobre-engrasado) que además de darnos la seguridad de que la sosa se consumirá completamente, da humectación a la piel, mejorando el sensorial del producto final.

La cantidad de sosa que se utiliza para hacer un jabón depende del tipo de grasas que contenga, cada aceite tienen una composición diferente, y tendrá mas o menos moléculas de triglicéridos capaces de reaccionar con la sosa, la cantidad de sosa que usa para saponificar 1 g de aceite se conoce como índice de saponificación, es diferente para cada aceite y es el parámetro que nos permite calcular la cantidad de sosa que se debe usar.

El tipo grasas usadas en la saponificación también tendrá un efecto en el sensorial del jabón obtenido (en la textura, la duración, la cremosidad, la formación de espuma). Todos nuestros jabones contienen una base que mezcla aceites de oliva, coco y ricino con mantecas de cacao y karité, con lo que logramos jabones que limpian tu piel, dejándola suave y humectada.

Además, en cada jabón añadimos diferentes ingredientes extras, como arcillas que ayudan a limpiar tu piel, exfoliarla y remover células muertas; aceites esenciales de lavanda, bergamota o pinabete, con propiedades antisépticas y un aroma delicioso, y hasta nuestros ingredientes chiapanecos consentidos: café, cacao y vainilla.

 

Respuestas

Dejar un comentario

Los comentarios se aprobarán antes de mostrarse.

Buscar